"El próximo 26 de Junio saldremos una vez más a las calles a denunciar el opresivo régimen heterosexual que ha fundamentado la ficción de la nación colombiana. Para muchas disidentes sexo-génericas tomarnos las calles en el marco de la “Marcha por la ciudadanía plena de las personas LGBT”, representa un acto de desafío y cuestionamiento a las categorías excluyentes y normalizantes de “ciudadanía”, “familia”, “sociedad” y “derechos”.
Este año, por decisión de los/as organizadores de la marcha, el tema central de la misma será el reconocimiento de la “diversidad de las familias”, “sus mil colores” y la exigencia del matrimonio igualitario.
Para muchas de nosotras, maricas, areperas, trans, marginadas, trabajadoras precarias, negras, mestizas y portadoras de VIH, es comprensible que un sector del movimiento LGBT quiera “unificar” las voces de esta manifestación, a favor del reconocimiento legal del matrimonio de personas del mismo “sexo”, como mecanismo de supervivencia y de acceso a derechos de bienestar social fundamentales; derechos que se supone debería garantizar el estado colombiano.
Muchas de nosotras reconocemos el carácter estratégico de estas luchas y consideramos que el logro del “matrimonio igualitario” es un importante paso para los objetivos del movimiento. Sin embargo, aunque el matrimonio y el reconocimiento de las uniones gay y lésbicas son una importante ganancia a nivel práctico para muchos activistas, para acceder a derechos, siguen situándose en la lógica de la heterosexualidad y continúan reforzando la naturalización y el privilegio del vínculo económico y social del matrimonio.
Nos oponemos a que el Estado ordene nuestras relaciones sexuales. Nos oponemos a que unas formas particulares (matrimonio) de convivencia sexual y erótica, se manifiesten como legítimas en detrimento de otros modos de sexualidad. Nos oponemos a la lógica del matrimonio como mecanismo regulador para el acceso a derechos de las personas estigmatizadas por sus identidades sexuales y de género no normativas. Nos oponemos a la monogamia gay-lésbica como fundamento del matrimonio igualitario, y como acuerdo obligado para acceder a derechos ciudadanos. Nos oponemos al llamamiento de “consensos” y discursos unívocos para convocarnos a la marcha; no tenemos los mismos intereses y creemos que se privilegian las voces de aquellos gays y lesbianas blanco-mestizos de clases medias y sus problemáticas, en desmedro de las exigencias de redistribución económica, reconocimiento y dignidad para las personas Trans, la exclusión de las personas LGBT empobrecidas por el capitalismo, el racismo y la guerra.
Nos sumamos a un cuestionamiento activo, paródico, lúdico y subversivo del régimen heterosexual. No queremos inclusión acrítica en las leyes y derechos de un Estado capitalista, misógino, racista y mortífero. No celebramos la “diversidad” ni “nuestros mil colores” sin tener en cuenta que la marca de “diversos”, es el producto de un proceso violento de exclusión y normalización de la hegemonía heterosexual. Saldremos a marchar para denunciar estos discursos multiculturalistas, que en su afán de “inclusión” e “igualdad”, se asimilan, se convierten en ornamentos del poder dominante (hetero-blanco-capitalista -militarista), sin cuestionar las mismas normas que los excluyen.
En ese sentido, hacemos un llamado divergente a la construcción múltiple y creativa de nuevas formas de placer, sexualidad, de encuentros eróticos no dominantes, no racializados, no “familiarizados”, no generizados, no monogámicos, no estatizados, con el fin de descolonizarnos de los discursos totalizantes que nos quieren imponer formas “respetables” y “normalizadas” de acceder a derechos. Todos los cuerpos marginados y estigmatizados por sus prácticas sexuales no normativas y sus identidades de género discordantes, tenemos la misma posibilidad de existir como sujetos válidos, sin restricciones, violencias ni injurias. No queremos tener que “casarnos” para ser cobijados/as por el manto de la inteligibilidad y el respeto de la sociedad. Consideramos que “[…] si hay una institución que apalanque la heterosexualidad como régimen político, esa es el matrimonio. En este punto no importa necesariamente el sexo de los contrayentes pues el modelo heterosexual es reafirmado.” [Cf. Ochy Curiel]
A tomarnos La Marcha por la “ciudadanía” LGBT este próximo 26 de Junio!!! A inventarnos desde la rebelión y la disidencia sexual nuestros propios cuerpos, sexualidades y devenires políticos"
Este año, por decisión de los/as organizadores de la marcha, el tema central de la misma será el reconocimiento de la “diversidad de las familias”, “sus mil colores” y la exigencia del matrimonio igualitario.
Para muchas de nosotras, maricas, areperas, trans, marginadas, trabajadoras precarias, negras, mestizas y portadoras de VIH, es comprensible que un sector del movimiento LGBT quiera “unificar” las voces de esta manifestación, a favor del reconocimiento legal del matrimonio de personas del mismo “sexo”, como mecanismo de supervivencia y de acceso a derechos de bienestar social fundamentales; derechos que se supone debería garantizar el estado colombiano.
Muchas de nosotras reconocemos el carácter estratégico de estas luchas y consideramos que el logro del “matrimonio igualitario” es un importante paso para los objetivos del movimiento. Sin embargo, aunque el matrimonio y el reconocimiento de las uniones gay y lésbicas son una importante ganancia a nivel práctico para muchos activistas, para acceder a derechos, siguen situándose en la lógica de la heterosexualidad y continúan reforzando la naturalización y el privilegio del vínculo económico y social del matrimonio.
Nos oponemos a que el Estado ordene nuestras relaciones sexuales. Nos oponemos a que unas formas particulares (matrimonio) de convivencia sexual y erótica, se manifiesten como legítimas en detrimento de otros modos de sexualidad. Nos oponemos a la lógica del matrimonio como mecanismo regulador para el acceso a derechos de las personas estigmatizadas por sus identidades sexuales y de género no normativas. Nos oponemos a la monogamia gay-lésbica como fundamento del matrimonio igualitario, y como acuerdo obligado para acceder a derechos ciudadanos. Nos oponemos al llamamiento de “consensos” y discursos unívocos para convocarnos a la marcha; no tenemos los mismos intereses y creemos que se privilegian las voces de aquellos gays y lesbianas blanco-mestizos de clases medias y sus problemáticas, en desmedro de las exigencias de redistribución económica, reconocimiento y dignidad para las personas Trans, la exclusión de las personas LGBT empobrecidas por el capitalismo, el racismo y la guerra.
Nos sumamos a un cuestionamiento activo, paródico, lúdico y subversivo del régimen heterosexual. No queremos inclusión acrítica en las leyes y derechos de un Estado capitalista, misógino, racista y mortífero. No celebramos la “diversidad” ni “nuestros mil colores” sin tener en cuenta que la marca de “diversos”, es el producto de un proceso violento de exclusión y normalización de la hegemonía heterosexual. Saldremos a marchar para denunciar estos discursos multiculturalistas, que en su afán de “inclusión” e “igualdad”, se asimilan, se convierten en ornamentos del poder dominante (hetero-blanco-capitalista
En ese sentido, hacemos un llamado divergente a la construcción múltiple y creativa de nuevas formas de placer, sexualidad, de encuentros eróticos no dominantes, no racializados, no “familiarizados”, no generizados, no monogámicos, no estatizados, con el fin de descolonizarnos de los discursos totalizantes que nos quieren imponer formas “respetables” y “normalizadas” de acceder a derechos. Todos los cuerpos marginados y estigmatizados por sus prácticas sexuales no normativas y sus identidades de género discordantes, tenemos la misma posibilidad de existir como sujetos válidos, sin restricciones, violencias ni injurias. No queremos tener que “casarnos” para ser cobijados/as por el manto de la inteligibilidad y el respeto de la sociedad. Consideramos que “[…] si hay una institución que apalanque la heterosexualidad como régimen político, esa es el matrimonio. En este punto no importa necesariamente el sexo de los contrayentes pues el modelo heterosexual es reafirmado.” [Cf. Ochy Curiel]
A tomarnos La Marcha por la “ciudadanía” LGBT este próximo 26 de Junio!!! A inventarnos desde la rebelión y la disidencia sexual nuestros propios cuerpos, sexualidades y devenires políticos"
Tomado de este evento
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