LOS COJOLITES

Hoy voy a hacer una excepción, y así aprovecho para desmontar la categoría "sexo" :P Bajo la etiqueta "ellas en-cantan" siempre coloco a biomujeres músicas. Pues bien, nada más lejos de la realidad de este post, todos unos bioveracruzanos, los cojolites.
Pocas músicas me remueven to las entrañas como el son -el cubano, y el jarocho- (claro, aparte de la cumbia, la expresión musical suprema). El son jarocho es propio de Veracruz -México- y fruto, como todo, de un híbrido brutal, esta vez entre ritmos africanos, afrocubanos, del campesinado mexicano, y... flamencos -andaluz, árabe y gitano- (es lo que tienen los procesos coloniales). La fiesta de allí se llama "fandango" y la jarana (la guitarrita chiquita), las voces chillonas y el zapateado de los tacones bajo volantes sensuales se presentan como las protagonistas ineludibles. Y, claro, recuerdan a mi fandango de huerva, que es más un palo del flamenco, pero también una fiestona cargada de emociones sureñas.
Pocas celebraciones he vivido como la de la re-creación de los sonidos jarochos que, a la vez que me marcan y remarcan mi exilio y mi carácter tránsfugo, me traen más a la tierra que nunca.

He encontrado su disco en descarga directa aquí.
La primera es El Son sin fin, que por instantes recuerda a las sevillanas



Y mi preferida... Luna Negra. Que los disfruten: